Poniéndose en el lugar del otro, con solidaridad y empatía, un grupo de amigos, encabezados por Antony Dotzel armaron un listado de las personas que a las que había que asistir; mientras que Víctor Carcar y Tomas Martínez, Presidente del JCN, gestionaron ante el Subsecretario de Desarrollo Social de la Provincia, Abel Di Luca, la entrega de víveres para 30 trabajadores del turf que desarrollan sus actividades en el Hipódromo de la ciudad de Neuquén. Un bálsamo para los obreros de una industria acostumbrada a agitar los corazones de domingo en domingo, y que hoy sufre las consecuencias desatadas por la pandemia del Covid-19.
En el horizonte cercano no se vislumbra la posibilidad de la vuelta de los programas de turf, el punto culmine para el que se trabaja de sol a sol y los 365 días del año en el orillo de un sangre pura, y por ello cobra relevancia que entre propietarios, dirigentes y actores de la misma industria salgan en el auxilio de los que más sufren las consecuencias del párate obligado.
Para algún distraído vale aclarar que los trabajadores del turf perciben una suma fija, semanal o mensual, pero uno de sus principales ingresos proviene de las comisiones de los premios obtenidos por sus pupilos o conducidos, de la que por estos tiempos se ven privado, y como se dijo, rodeados de mas incertidumbres que certezas, por ello hoy más que nunca son tiempos de solidaridad y empatía.
Pese a que la actividad está en limbo, como se explicó más arriba, diariamente se continúa atendiendo a los ejemplares afincados en el Hipódromo de Neuquén y en el barrio que lo circunda; para ello se han dispuesto medidas de estricto cumplimiento, limitando la cantidad de personas que puede haber por stud, el uso de barbijo obligatorio y restringiendo el horario de pista entre las 8 y las 12 de lunes a sábado, permaneciendo cerrada los domingos. Por ello, se continúan con los trabajos de mantenimiento de la pista, semanalmente.
